Los sustratos profesionales para plantas de temporada son una especialidad utilizada en los viveros para el adecuado cultivo de este importante grupo de plantas con destino a la jardinería tanto pública como privada.

El cultivo profesional de plantas de temporada, que abarca especies anuales y perennes adaptadas a ciclos estacionales (primavera, verano, otoño, invierno), requiere una gestión técnica precisa donde la elección del sustrato es un factor determinante para la calidad y homogeneidad de la producción.

Cultivo de plantas de temporada durante todo el año.

Dado que los viveros especializados mantienen ciclos de cultivo durante todo el año, adaptando las especies a cada campaña, siendo la primavera la de mayor diversidad, la selección de un sustrato adecuado es fundamental.

No existe un sustrato universal para todas las plantas de temporada. Las distintas especies y grupos (por ejemplo, plantas con diferentes sensibilidades a la humedad, salinidad, requerimientos de aireación o ciclos de cultivo) presentan necesidades específicas. Por tanto, la formulación del sustrato debe ajustarse para optimizar el desarrollo de cada tipo de planta cultivada, que tiene como destino final su uso en jardinería pública y privada (parques, jardines, balcones, terrazas, etc.).

Destacar que el cultivo de plantas de temporada suele hacerse en macetas termoconformadas o en macetas de inyección, en tamaños de pequeño a medio diámetro.

La composición de los sustratos profesionales para plantas de temporada.

La composición de los sustratos profesionales varía según el fabricante, pero comúnmente se basa en mezclas de materias primas como turba rubia (Sphagnum), turba negra, fibra de coco y fibra de madera. Componentes como la perlita o la arcilla natural pueden ser incorporados para modificar propiedades físicas específicas como la aireación o la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y la retención de agua.

Se observa una tendencia creciente hacia la utilización de sustratos con bajo contenido en turba o completamente libres de ella (peat-free – sustratos sin turba), impulsada por consideraciones de sostenibilidad y disponibilidad de materias primas alternativas.

La estructura física del sustrato es crítica. Generalmente, se prefieren texturas medias a semigruesas. Esta granulometría busca un equilibrio óptimo entre la capacidad de retención de agua (CRA) y la porosidad de aireación (espacio poroso lleno de aire tras el drenaje). Una buena relación agua/aire es esencial para prevenir condiciones de hipoxia radicular y favorecer un desarrollo sano y extenso del sistema radicular.

En cuanto a las propiedades químicas, el pH de estos sustratos se ajusta típicamente a un rango entre 6.0 y 6.5, considerado óptimo para la disponibilidad de la mayoría de los nutrientes esenciales para este grupo de plantas.

Es práctica estándar la incorporación de un abonado de fondo NPK con oligoelementos, a menudo con formulaciones de liberación controlada o lenta, para cubrir las necesidades iniciales de la planta durante las primeras fases de cultivo en el vivero.

Es importante subrayar que las características intrínsecas del sustrato deben complementarse con un manejo agronómico adecuado. La estrategia de riego (frecuencia, volumen, método) y el programa de fertirrigación posterior al trasplante son cruciales y deben adaptarse tanto a las propiedades hídricas del sustrato elegido como a las necesidades específicas de la especie y su estado fenológico.

Venta de sustratos profesionales para plantas de temporada.

Actualmente, la producción de sustratos se concentra en empresas especializadas, lo que garantiza una mayor homogeneidad, control de calidad y disponibilidad de formulaciones específicas.

Estos sustratos se comercializan en diversos formatos adaptados a las necesidades logísticas de los viveros: sacos (ej. 70 litros), big bags (1-3 m³) y a granel.

Los objetivos técnicos al seleccionar un sustrato profesional para planta de temporada incluyen la de facilitar el manejo del cultivo mediante sustratos homogéneos y predecibles que simplifiquen las operaciones; promover la homogeneidad del lote, factor esencial para la planificación y comercialización; optimizar el desarrollo radicular, reduciendo el riesgo de asfixia radicular y enfermedades asociadas; el simplificar la gestión del riego con propiedades hídricas que permitan márgenes de manejo adecuados; el asegurar una rápida rehidratación con capacidad de absorber agua eficientemente tras periodos de secado; minimizar el «efecto borde seco» gracias a mantener una distribución uniforme de la humedad en las bandejas o mesas de cultivo; así como reducir el peso para facilitar el manejo y reducir costes de transporte.

Por todo ello, la selección de un sustrato profesional es una decisión técnica clave en la producción de planta de temporada, con implicaciones directas en la eficiencia del cultivo, la sanidad vegetal, la calidad final del producto y su rentabilidad.