Los sustratos sin turba son una alternativa sostenible y eficiente tanto en el sector de la producción de planta ornamental en maceta como en el de la bricojardinería y bricohuerto.

La turba, un material orgánico de origen vegetal, ha sido tradicionalmente el componente principal de muchos sustratos para cultivo. Sin embargo, su extracción impacta significativamente el medio ambiente, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad, la emisión de gases de efecto invernadero y la degradación de los ecosistemas de las zonas de extracción.

Además, en un contexto de tiempo y sostenibilidad, los materiales utilizados en su fabricación son más abundantes y renovables.

¿Por qué elegir sustratos sin turba a la hora de la plantación?

Optar por este tipo de sustrato al plantar o trasplantar se relaciona con varios aspectos. Uno de ellos es abogar por la sostenibilidad, ya que reducen la presión sobre los ecosistemas naturales y minimizan las emisiones de carbono.

La calidad de estos sustratos se alinea con la de otros tipos, sin ser de inferior calidad. Los sustratos sin turba, fabricados por empresas especializadas, fabrican sustratos sin turba, ofreciendo una amplia gama de propiedades físicas y químicas adaptables a las necesidades específicas de cada cultivo.

También, en un contexto de tiempo y sostenibilidad, los materiales utilizados en su fabricación son más abundantes y renovables.

Los componentes de los sustratos sin turba.

Para elaborar sustratos sin turba, se combinan materiales orgánicos e inorgánicos, como en muchos otros sustratos, exceptuando la turba rubia y la turba negra.

Cada material aporta cualidades físicas y químicas concretas, que en conjunto componen aspectos como textura y porosidad. Entre los materiales orgánicos se encuentran la fibra de coco, con excelente capacidad de retención de agua y aireación; el compost, que aporta materia orgánica y nutrientes esenciales; residuos de poda, que aumentan la capacidad de enmienda orgánica; y el estiércol compostado, que mejora la estructura del suelo y aporta nutrientes.

Por otra parte, los materiales inorgánicos incluyen la perlita, que mejora la aireación y el drenaje; la vermiculita, que aumenta la capacidad de retención de agua y nutrientes; y la arcilla expandida, que también mejora el drenaje y la aireación.

Estas materias primas permiten la formulación de este tipo de sustrato adecuado para diferentes grupos de plantas, según su participación y proporción.

La turba ha sido valorada por sus propiedades físicas y químicas, como su alta capacidad de retención de agua y aireación, así como su bajo pH. Sin embargo, su extracción impacta negativamente en el medioambiente.

Así, los sustratos sin turba representan una alternativa sostenible, alineándose con prácticas agrícolas responsables y la creciente demanda de productos más ecológicos. Además, el uso de sustratos alternativos mejora la gestión de residuos y fomenta la economía circular.