Los sustratos para plantas carnívoras son una especialidad que suelen estar presentes en la mayoría centros de jardinería, floristerías, centros del bricolaje y por supuesto en plataformas de venta online especializadas en el mundo de la bricojardinería y bricohuerto.
Las plantas carnívoras son, sin duda, uno de los grupos más fascinantes del reino vegetal. Su habilidad para atraer, capturar y digerir pequeños animales, principalmente insectos, es una adaptación sorprendente a entornos naturales extremadamente pobres en nutrientes.
Para que estas singulares plantas prosperen en nuestras casas o jardines, no basta con admirar sus trampas; es crucial entender y proporcionarles un entorno de cultivo adecuado, y aquí, el sustrato juega un papel protagonista y muy específico.
Grupo de plantas carnívoras.
Dentro de este grupo de plantas carnívoras, encontramos géneros tan conocidos y variados como Nepenthes (plantas jarro tropicales), Sarracenia (plantas jarro norteamericanas), Dionaea muscipula (la icónica Venus atrapamoscas), Drosera (rocío del sol), Utricularia (acuáticas y terrestres), Pinguicula (grasillas), Cephalotus, Darlingtonia, Heliamphora, e incluso rarezas como Drosophyllum lusitanicum o Brocchinia reducta.
¿Por qué necesitan un sustrato especial?
La clave de por qué necesitan las plantas un sustrato especial, está en su evolución. Al crecer en suelos donde los nutrientes minerales esenciales (nitrógeno, fósforo, potasio) son escasos o inexistentes, desarrollaron la carnivoría como método alternativo de fertilización.
Por ello, sus raíces no están adaptadas para absorber nutrientes del suelo como otras plantas; de hecho, un exceso de sales minerales en el sustrato puede ser tóxico y quemar sus delicadas raíces.
Características de los sustratos para plantas carnívoras.
A diferencia de la mayoría de las plantas de interior, que se benefician de sustratos ricos en nutrientes y con un pH neutro, las plantas carnívoras, en su gran mayoría, requieren condiciones radicalmente distintas, muy similares a las de sus hábitats originales (turberas, pantanos ácidos, suelos arenosos y húmedos).
Los sustratos comerciales diseñados para plantas carnívoras están formulados para replicar esas condiciones naturales específicas. Entre sus características principales:
- Acidez extrema (pH bajo): Estas plantas prosperan en un medio muy ácido. El pH ideal suele situarse entre 3,5 y 4,5. Esta acidez es similar a la requerida por otras plantas conocidas como acidófilas (arándanos, rododendros), pero a menudo es incluso más marcada en carnívoras.
- Pobreza absoluta en nutrientes (baja Conductividad Eléctrica): Este es quizás el punto más crítico. El sustrato debe ser lo más inerte posible en cuanto a nutrientes disueltos. La conductividad eléctrica (CE), que mide la cantidad de sales disueltas, debe ser muy baja, idealmente inferior a 0,05 mS/cm (miliSiemens por centímetro). ¡Nunca se debe añadir fertilizante al sustrato de una planta carnívora! Ellas obtienen lo que necesitan de sus presas.
- Excelente drenaje y aireación, pero alta retención de humedad: Parece una contradicción, pero es esencial. El sustrato debe permitir que el exceso de agua drene fácilmente para evitar la pudrición de las raíces (buena porosidad y aireación), pero al mismo tiempo, debe ser capaz de retener una cantidad significativa de humedad constante, ya que muchas provienen de ambientes permanentemente húmedos.
Y en cuanto a su composición específica, que salvo la turba rubia de Sphagnum, no tiene que estar todos presentes, son:
- Base principal: La turba rubia de Sphagnum (musgo Sphagnum parcialmente descompuesto) es el componente estrella y mayoritario. Proporciona la acidez necesaria, tiene una fantástica capacidad de retención de agua y mantiene una estructura esponjosa que favorece la aireación. Es importante que sea turba de Sphagnum joven y sin fertilizantes añadidos.
- Materiales inertes para drenaje y estructura: Para mejorar el drenaje y evitar la compactación, se mezcla la turba con materiales inertes que no aporten nutrientes ni alteren el pH. Los más comunes son:
- Perlita: Roca volcánica expandida, muy ligera, que mejora la aireación y el drenaje.
- Arena de sílice: Arena gruesa (no de playa, que contiene sales) que mejora el drenaje. Debe ser lavada y de granulometría adecuada.
- Vermiculita: Aunque retiene agua, también ayuda a la estructura. Se usa en menor proporción.
- Corteza de pino envejecida y tratada: Aporta estructura y aireación, especialmente útil para algunas epífitas como Nepenthes. Debe estar envejecida para minimizar la liberación de compuestos que puedan afectar la química del sustrato.
- Styromull: Material a base de poliestireno expandido perlado.
- Alto contenido de materia orgánica: Derivado principalmente de la turba de Sphagnum, el porcentaje de materia orgánica suele ser muy elevado, en torno al 96%. Sin embargo, es una materia orgánica pobre en nutrientes disponibles.
- Granulometría fina a media: La textura general del sustrato suele ser fina o media, con fibras de turba generalmente inferiores a 20 mm, lo que permite un buen contacto con las raíces finas de estas plantas.
Venta de sustratos para plantas carnívoras.
Como hemos avanzado, los sustratos para plantas carnívoras, ya formulados por empresas especializadas, se encuentran en las secciones de sustratos y áridos de los puntos de venta. Estos suelen ser centros de jardinería, agricentros, floristerías, supermercados, centros del bricolaje y plataformas de venta online especializadas en el mundo de la bricojardinería y bricohuerto.
Debido a que las plantas carnívoras no suelen cultivarse en grandes volúmenes por el aficionado medio y a menudo se mantienen en macetas de tamaño pequeño a mediano, los sustratos específicos para ellas suelen comercializarse en envases de tamaño reducido, habitualmente entre 2,5 y 10 litros. Esto resulta práctico y evita el desperdicio.
Destacar que, tan importante como el sustrato, es el agua que utilizamos. Debido a la sensibilidad de estas plantas a las sales minerales, no se debe usar agua del grifo por su contenido en cloro ni agua embotellada. Estas aguas contienen minerales disueltos (calcio, magnesio, cloro, etc.) que se acumularían en el sustrato, aumentando su conductividad, elevando el pH y resultando tóxicos para la planta. Sí se puede utilizar agua destilada, agua de ósmosis inversa o agua de lluvia (recogida limpiamente).
Tampoco es conveniente utilizar para su plantación o trasplante las macetas de barro porque pueden liberar sales. Son preferibles las macetas de plástico de inyección o macetas de plástico termoconformadas.