Hay notables diferencias entre sustrato y tierra. Si bien, la tierra y el sustrato son dos medios de cultivo que, en lenguaje coloquial, se utilizan como sinónimos, estos tienen composiciones y propiedades diferentes, adaptadas a diversas aplicaciones en la horticultura y la jardinería.
La tierra de cultivo.
Cuando hablamos de tierra, nos referimos al suelo natural, que incluye una mezcla de partículas minerales (arena, limo y arcilla), materia orgánica, microorganismos y, dependiendo de su origen, un equilibrio de macro y micronutrientes.
La estructura de la tierra natural proporciona soporte y nutrientes para las plantas en su hábitat, y su capacidad de retención de agua y nutrientes depende de su textura y composición mineral.
Sin embargo, la tierra puede compactarse fácilmente y no siempre proporciona un drenaje adecuado o propiedades aireadoras, lo cual puede dificultar su uso en macetas u otros entornos de cultivo controlados.
El sustrato de cultivo.
En cambio, cuando nos referimos al sustrato, se trata de un medio de cultivo formulado y diseñado especialmente para optimizar el crecimiento de plantas en sistemas de cultivo controlados, como macetas, jardineras o bandejas de semilleros, por ejemplo.
Está compuesto generalmente por la mezcla de materiales como fibra de coco, turba rubia, turba negra, perlita, vermiculita o compost, y su formulación es más uniforme y estable que la tierra natural.
El sustrato se elige por sus propiedades específicas de retención de agua, aireación y drenaje, y se formula para evitar problemas de compactación, mejorando el desarrollo de las raíces en ambientes confinados.
Los sustratos también pueden enriquecerse con fertilizantes, ajustando el contenido de nutrientes según las necesidades de la planta y el tipo de cultivo.
Tierras y sustratos para cultivo.
El uso de la tierra como elemento de plantación, suele estar asociado al terreno del jardín o campo. En caso de compra, se realiza de extracciones de otros lugares y se transporta a granel en camiones o envasados en Big bags.
En cambio, el sustrato se asocia a su plantación, como hemos avanzado, en macetas, contenedores, jardineras o bandejas de semilleros, por ejemplo. Y su compra se realiza mediante envases con volúmenes que pueden ir de los 10 a 80 litros en el caso de los destinados a la bricojardinería o bricohuertos, y de 80, 125, 250 e incluso a 1.000 litros con destino a cultivadores profesionales.
Como podemos entender, respecto a la diferencia entre sustrato y tierra, mientras que la tierra es un recurso natural con una composición variable y no siempre adecuada para el cultivo en macetas, el sustrato es un medio optimizado, homogéneo y diseñado para proporcionar condiciones ideales de soporte, aireación, drenaje y nutrición en cultivos controlados.