El sustrato para plantas de interior es un producto especialmente formulado para satisfacer las necesidades de crecimiento de aquellas especies que se cultivan dentro de hogares, oficinas y otros espacios cerrados.

Estos sustratos, englobados dentro de los sustratos para la bricojardinería, destacan por estar formulados para proporcionar un entorno equilibrado que permita a las plantas desarrollarse de forma óptima en condiciones de luz y humedad propias del interior.

¿Por qué se llama sustrato para plantas de interior?

El término «sustrato para plantas de interior» hace referencia a un medio de cultivo específico adaptado a las necesidades de plantas que no se encuentran expuestas a las condiciones naturales del exterior.

Estas plantas suelen tener requerimientos particulares en cuanto a aireación, riego y disponibilidad de nutrientes, y el sustrato está formulado para cumplir lo mejor posible con estas exigencias.

La formulación de un sustrato para plantas de interior.

Los sustratos comerciales para plantas de interior están elaborados a partir de una mezcla de materias primas que proporcionan una estructura ligera, buena aireación y una capacidad equilibrada para retener agua y nutrientes.

Entre los diversos componentes más habituales, que pueden utilizarse o no, así como en diversas proporciones en su formulación, encontramos:

  • La turba rubia y turba negra, que proporcionan una buena capacidad de retención de agua y nutrientes, además de ofrecer una estructura ligera.
  • La fibra de coco que mejora la aireación y la capacidad de retener agua sin compactarse.
  • La perlita, también conocida como marca comercial arlita, que aumenta la porosidad y facilita el drenaje.
  • La vermiculita, que contribuye a la retención de agua y nutrientes.
  • El compost vegetal para aportar materia orgánica y microorganismos beneficiosos.
  • La arena de río lavada y de sílice, para mejorar el drenaje y evita el encharcamiento.
  • Diversos aditivos como fertilizantes, ya que muchos sustratos incluyen fertilizantes de liberación lenta para garantizar el suministro de nutrientes durante las primeras semanas de uso.

La proporción de estos materiales puede variar según el fabricante y el tipo de planta al que se destine el sustrato, como plantas de follaje, suculentas o plantas con flores.

Modalidades de envasado de los sustratos para plantas de interior.

En el mercado español, el sustrato para plantas de interior está disponible en diferentes formatos para adaptarse a las necesidades del consumidor.

Esto permite comprar aquel formato que mejor convenga en cada caso y evitar sobras que, con el tiempo, pierdan sus cualidades físicas y químicas.

Entre ellos están los de pequeño formato, de 2 a 5 litros, ideales para quienes tienen pocas plantas o realizan trasplantes esporádicos. Los de medianos formatos. Entre los 10 y 20 litros, son los más comunes para jardineros aficionados. Y los grandes formatos de 50 litros o más, pensados para aficionados con necesidades de plantación mayores o para uso semiprofesional.

El envasado suele estar diseñado para facilitar el transporte y el almacenamiento, con bolsas resistentes y sistemas de cierre reutilizables en algunos casos. Estos envases suelen tener pequeñas perforaciones para mantener el sustrato vivo y evitar fermentaciones indeseadas. También, están serigrafiadas de forma muy llamativa y con información técnica en cuanto a su pH, valor de su fertilización, materias primas utilizadas, etc.

Usos de un sustrato para plantas de interior.

El uso de un sustrato para plantas de interior es principalmente para plantaciones y trasplantes, si bien y gracias a su alto contenido en materiales orgánicos, puede emplearse como enmienda orgánica para mejorar otras tierras más áridas o zonas de jardín.

Entre las plantas de interior, cuyo valor ornamental reside en su follaje, en las que están indicadas su uso: Adiantum, Aglaonema, Araucaris, Archontophoenix, Areca, Asparragus densiflorus, Asparragus sprengeri, Asparragus plumosus, Aspidistra, Asplenium, Begonia tiger, Begonia rex, Calathea sp., Callisia, Chamaedorea, Chamaerops, Clorophytum, Cissus, Codiaeum, Codonanthe, Coleus, Cryptanthus, Ctenamthe, Dieffembachia sp., Dracaena sp., Epipremnum, Fatshedera, Fatsia, Ficus sp., Fittonia, Hoya carnosa, Hypoestes, Maranta sp., Mostera, Musa, Myrmecodia, Nephrolepis sp., Pachira, Parthenocissus, Peperomia sp., Philodendron sp., Pilea, Platycerium, Plectranthus, Rhoicissus, Sansevieria, Saxifraga, Schefflera sp., Sparmannia, Stromanthe, Syngonium, Tolmiea, Tradescantia, Xanthosoma, Yucca, etc.

Y plantas de interior, cuyo valor ornamental reside en su floración: Acalypha, Achimenes, Adenium obesum, Aechmea fasciata, Anthurium andreanum, Aphelandra squarrosa, Begonia elatior, Billbergia nutans, Calathea crocata, Calceolaria herbeohybrida, Cattleya spp., Chrysanthemum, Clerodendrum, Columnea hirta, Crossandra infundibuliformis, Dendrobium spp., Euphorbia mili, Euphorbia pulcherrima, Exacum, Fuchsia hybrida, Gerbera, Guzmania spp., Hibiscus rosa-sinensis, Hoya carnosa, Hyacinthus spp., Impatiens New Guinea, Impatiens walleriana, Kalanchoe blossfeldiana, Metrosidero, Miltonia spp., Nidularium spp., Paphiopedilum spp., Pentas, Phalaenopsis spp., Rosal mini, Saintpaulia ionantha, Schlumbergera, Sinningia speciosa, Spathiphyllum wallisii, etc.

Así, el uso de un sustrato para plantas de interior es clave para garantizar el crecimiento saludable de las especies cultivadas en espacios cerrados. Su formulación específica, combinada con un manejo adecuado, asegura que las plantas puedan prosperar incluso en condiciones alejadas de su hábitat natural.