El abono de fondo para sustratos es la clave del buen cultivo tanto de plantas ornamentales como de frutas y hortalizas, tanto también como si se trata de cultivos en modalidad de bricojardinería, bricohuerto, profesionales de plantas ornamentales en maceta o de frutas y hortalizas.

Más allá de ser un simple soporte, el sustrato es el espacio para el desarrollo de las raíces, el lugar de almacén de agua y nutrientes, y el que garantiza una correcta aireación.

Pero, ¿qué ocurre cuando este sustrato necesita un impulso inicial para que las plantas cultivadas en él prosperen desde el primer día? Aquí es donde entra en juego el abonado de fondo, una práctica fundamental que asegura la nutrición adecuada de la planta en sus fases más tempranas como, por ejemplo: germinación, enraizado de esquejes, repicado o trasplante.

La importancia de un buen fertilizante de fondo desde el principio.

Como avanzamos, un sustrato de cultivo es mucho más que tierra; es un medio formulado, solo o mediante diversas materias primas, para proporcionar las condiciones óptimas y físico a las raíces, retener la humedad y los nutrientes esenciales, y permitir un drenaje y una aireación óptimos, cruciales para la salud radicular.

Sin embargo, por muy bien formulado que esté, un sustrato a menudo carece de un suministro sostenido de nutrientes que las plantas jóvenes necesitan. Es en este punto donde el abonado de fondo se convierte en un factor indispensable.

Su propósito principal es garantizar que los nutrientes vitales estén disponibles para la planta desde el momento de la siembra o el trasplante, impulsando un inicio vigoroso y saludable. Este aporte nutricional inicial no solo fomenta un crecimiento robusto, sino que también ayuda a la planta con una mayor resistencia frente al estrés ambiental, las plagas y las enfermedades.

Una planta bien nutrida desde el principio desarrolla defensas más fuertes, lo que puede reducir la necesidad de intervenciones correctivas a lo largo de su ciclo de vida.

El abono de fondo para mejorar el sustrato.

La incorporación de abono de fondo se ha consolidado como una práctica esencial en una amplia variedad de sistemas de cultivo, salvo aquellos que se utilizan en cultivos sin suelo, también llamados cultivos hidropónicos.

Estos sustratos, a menudo compuestos por turba rubia y turba negra, fibra de coco, perlita, vermiculita, arcilla expandida, etc. ofrecen el soporte físico y la retención de agua necesarios, pero requieren una carga nutricional inicial para compensar la ausencia de la fertilidad inherente del sustrato solo con estas materias primas, muchas de ellas carentes de cualquier nutriente.

La elección adecuada de los componentes del sustrato y la adición de abono de fondo son, por tanto, cruciales para maximizar la producción y asegurar la salud de los cultivos.

El abonado de fondo de sustratos en la bricojardinería y bricohuerto.

Para los entusiastas de la jardinería doméstica, el fertilizante de fondo se ha simplificado enormemente gracias a la disponibilidad de sustratos comerciales ya preparados y fertilizados.

Estos productos, llamados sustratos para la bricojardinería, convenientemente envasados en diversos tamaños, están diseñados específicamente para el mercado de la bricojardinería y el bricohuerto. Prácticamente, todos ellos ofrecen un abonado de fondo de nivel medio que proporciona los nutrientes básicos para las primeras semanas de desarrollo de la planta.

Esta comodidad permite cultivar con confianza, desde ornamentales en macetas hasta hortalizas en huertos urbanos, sin necesidad de conocimientos profundos sobre nutrición vegetal.

Al reducir la complejidad y el riesgo de errores iniciales, como la sobre-fertilización, se fomenta un mayor aumento y a la vez, una experiencia más gratificante en desarrollo de la jardinería casera.

La fertilización de fondo de sustratos profesionales para cultivo de plantas ornamentales.

En el sector profesional, el abonado de fondo es un componente básico de una estrategia de gestión de nutrientes precisa, que influye directamente en la calidad y la rentabilidad del cultivo.

Para las plantas ornamentales en contenedor, las flores cortadas y el follaje (verde de corte), un abono de fondo bien elegido asegura un inicio fuerte, promoviendo un crecimiento vigoroso y mejorando su valor comercial.

En el caso de su cultivo en suelo, sobre el terreno, para determinar qué fertilización de fondo se debe emplear ante de su plantación, se recomienda un análisis de suelo previo para determinar los niveles de nutrientes disponibles. Además, se emplean formulaciones especializadas, como abonos de larga duración, para satisfacer las demandas nutricionales específicas de cada especie, garantizando que las plantas cumplan con los estrictos estándares de calidad del mercado.

En la elaboración de los sustratos profesionales, según la fase de cultivo y especie a plantar, se establecen tanto las cantidades de fertilizante, como tipo de este, que se incorpora en el mismo momento de la mezcla de sus diferentes materias primas.

El abonado de fondo de sustratos para cultivos de frutas y hortalizas en contenedor.

Para las delicadas etapas iniciales de la siembra en semillero, los plantones y el cultivo de frutas y hortalizas en contenedores, el abonado de fondo es igual de vital.

En los casos de sustrato para semillero o sustrato para esquejados, los niveles de fertilizante de fondo, es bajo y, además, con los nutrientes listos para ser tomados por las plántulas, porque el periodo de cultivo en estas fases no suele durar más allá del mes y medio.

Seguidamente se procede a sus repicado o plantación sobre otro sustrato, en este caso, con un nivel de fertilización más alto. En el caso de cultivos intensivo bajo invernaderos, al mes de su repicado o plantación, se suele aplicar la aportación de nutrientes vía fertirrigación, cambiando su equilibrio y dosis adecuadas en función del estado fenológico de la planta.

Para cultivos en sacos o grandes contenedores, con dificultad de aplicar el riego de forma de fertirrigación, se opta por el aporte en la mezcla de abonos de fondo de liberación controlada, para varios meses según el tipo y marca elegido.

En cultivos hidropónicos no se utiliza el abono de fondo.

Es fundamental diferenciar el abonado de fondo en sustrato de los sistemas hidropónicos, o cultivos sin suelo.

En estas técnicas avanzadas, las plantas no dependen del suelo o de sustratos tradicionales para obtener nutrientes. En su lugar, se cultivan en medios inertes como lana de roca, perlita o arcilla expandida, o directamente en agua, donde todos los nutrientes esenciales se suministran con precisión a través de la solución de riego. Por lo tanto, el concepto de «abonado de fondo» en el sustrato no aplica aquí.

En hidroponía, la nutrición se gestiona con una precisión y continuidad desde el primer día mediante la fertirrigación. Este método implica la dosificación racional de fertilizantes por medio del sistema de riego, permitiendo localizar los nutrientes exactamente en la zona radicular y ajustar el equilibrio nutricional a lo largo de todo el ciclo de cultivo.

Dado que los sustratos inertes tienen una capacidad escasa o nula, de intercambio catiónico o de aporte de nutrientes, la fertirrigación se vuelve fundamental. Este suministro constante y controlado elimina la necesidad de una carga inicial de nutrientes de fondo en el medio de cultivo, ya que las necesidades de la planta se satisfacen en tiempo real a través de la solución circulante.

Tipos de abonos de fondo.

Fertilizantes NPK tradicionales, abonos de liberación lenta o abonos de liberación controlada, son algunos de los tipos de abonos de fondo que se encuentran disponibles en el mercado.

Los abonos NPK tradicionales proporcionan los macronutrientes y oligoelementos en proporciones específicas y de forma fácilmente disponible. Estos ofrecen un impulso nutricional inmediato, beneficioso para un crecimiento rápido. Sin embargo, su rápida liberación puede conllevar el riesgo de lixiviación de nutrientes y puede requerir aplicaciones frecuentes, lo que plantea consideraciones ambientales si no se gestionan con prudencia.

Los abonos de liberación lenta están diseñados para suministrar nutrientes gradualmente durante un período prolongado, mejorando la eficiencia del uso de nutrientes. Su tasa de liberación está influenciada por factores ambientales como la temperatura del suelo, la humedad, el pH y la actividad microbiana. Este mecanismo, que imita los procesos naturales de descomposición, proporciona un suministro de nutrientes más consistente y reduce el riesgo de deficiencias o excesos.

Representando la precisión de estos, los abonos de liberación controlada ofrecen un grado aún mayor de previsibilidad. Su liberación de nutrientes está principalmente regida por la temperatura del suelo y el agua, facilitada por un recubrimiento polimérico especializado. El grosor de este recubrimiento determina con exactitud la longevidad de la liberación, permitiendo un suministro altamente predecible y consistente que se ajusta a la demanda de la planta a lo largo de su ciclo de crecimiento. Esta tecnología reduce significativamente las pérdidas de nutrientes por lixiviación, desnitrificación y volatilización, lo que se traduce en una mayor eficiencia y una menor cantidad total de fertilizante requerido.

Abonos de fondo ricos en materia orgánica.

Más allá de su aporte nutricional directo, ciertos abonos de fondo, especialmente los ricos en materia orgánica como el compost, el estiércol bien descompuesto y el guano, ofrecen beneficios profundos al mejorar las características físicas y biológicas del sustrato.

Estos materiales son muy interesantes para mejorar la estructura del suelo, aumentar la capacidad de retención de agua y promover una mejor aireación. Además, estimulan la actividad de microorganismos beneficiosos, que desempeñan un papel fundamental en el ciclo de nutrientes y la salud general del suelo.

Este enfoque holístico transforma el sustrato en un medio más fértil, resistente y biológicamente activo, fomentando un crecimiento vegetal más saludable a largo plazo.

Diferentes equilibrios y riquezas de NPK y microelementos.

Los abonos de fondo no son un estándar; se presentan en una amplia gama de proporciones NPK, formuladas para satisfacer las distintas demandas nutricionales de diferentes especies de plantas y sus diversas etapas de crecimiento.

Por ejemplo, se recomiendan fórmulas específicas para las diferentes fases de cultivo, incluso la especie plantada y la estación del año. Sin olvidar la técnica de cultivo.

Por todo ello, el abonado de fondo es una práctica cultural en el cultivo que se adapta a diversas escalas y necesidades, estando presente en todos los sustratos formulados a base de diferentes materias primas, ya sea para cultivos profesionales como para los llevados a cabo por los aficionados.