Las materias primas para elaborar sustratos para bonsáis pueden adquirirse con facilidad y son bases para su elaboración.

El cultivo de bonsáis es una práctica ancestral que combina arte y técnica, y uno de sus pilares fundamentales es el uso de sustratos adecuados. Cada materia prima utilizada en los sustratos aporta propiedades específicas que aseguran el correcto desarrollo del árbol, ya sea promoviendo el drenaje, reteniendo humedad o proporcionando nutrientes.

En este artículo, exploramos algunas de las materias primas más empleadas en este ámbito, desde opciones tradicionales hasta alternativas innovadoras.

Materias primas base para sustratos.

Como avanzamos, para elaborar los sustratos para bonsáis se echa mano a diversas materias primas, todas ellas prácticamente también utilizadas en el resto de los sustratos existentes en el mercado o de elaboración propia.

Así, mediante las mezclas de diversas materias primas, combinadas de manera estratégica en mayor o menor proporción y en las que participan tantas como se deseen, se consigue el formulado con los requisitos específicos del cultivo.

Estas materias primas para la elaboración de sustratos, pueden ser:

  • La arena lavada de río, que aporta la mejora el drenaje y facilita la aireación del sustrato.
  • La turba rubia, inicialmente muy utilizada en la elaboración de sustratos, aunque en el mundo del bonsái no suele ser la base principal. Aporta la retención de humedad y nutrientes.
  • Turba negra, que, además de también aporta retención de humedad y nutrientes, al estar más descompuesta, contiene elementos más humificados.
  • La tierra vegetal, procedente de bosques o restos de podas más o menos compostada, proporciona estructura y algunos nutrientes básicos. Suele contener, según su zona de extracción, arcilla, lo que le da un valor añadido.
  • Arcilla, tipo akadama o similares, aporta una excelente capacidad de retención de agua y nutrientes. Esta, junto a humus, componen el llamado complejo arcillo húmico, esencial para la retención de macronutrientes y oligoelementos en el sustrato.
  • La perlita y vermiculita, dos materiales distintos entre sí, pero que aportan características similares al sustrato, como son el aumento de la aireación y regular la humedad.
  • La tierra de brezo o castaño, son materias primas orientadas a mejorar el sustrato para especies acidófilas, ya que bajan el pH de este.
  • La materia orgánica, ya sea a base de hojas de pino, estiércol compostado, etc. contribuye a mejorar la fertilidad del sustrato.
  • Y los fertilizantes de liberación lenta o rápida, que, usados unos u otros en sus diferentes dosis, garantizan un suministro constante de nutrientes.

Existen muchas más materias primas, como la fibra de coco, lana de roca, arena de sílice, etc. Además, otros materiales más vinculados al mundo del bonsái, que a continuación, los presentamos de forma más extensa.

Ladrillo machacado para mejorar el drenaje.

El ladrillo machacado es una materia prima económica y eficaz que tiene diversas aplicaciones en el cultivo de bonsáis. Se elabora triturando ladrillos de arcilla cocida, generalmente de color rojo, lo que resulta en fragmentos de diferentes granulometrías.

Los fragmentos gruesos se emplean como capa de drenaje entre el sustrato y la base de la maceta, asegurando que el agua fluya adecuadamente y previniendo encharcamientos.

Los fragmentos finos pueden mezclarse con el sustrato para mejorar su porosidad y aireación o extenderse sobre la superficie del sustrato para reducir la evaporación, prolongando la humedad disponible para las raíces.

Esta materia prima destaca por su facilidad de obtención y su capacidad para mejorar tanto la estructura como el funcionamiento del sustrato.

La Arlita para aportar ligereza y drenaje.

Conocida comercialmente como Arlita (nombre comercial registrado), este material es técnicamente arcilla expandida, un árido cerámico extremadamente ligero y versátil.

Se fabrica al calentar arcilla a altas temperaturas (aproximadamente 1.200 °C) en hornos rotativos, donde las partículas se expanden y adquieren una forma esférica.

En bonsáis, la Arlita o arcilla expandida se utiliza para mejorar el drenaje y la aireación del sustrato, actuar como base drenante en macetas y contenedores, así como para complementar mezclas de sustratos, especialmente en sistemas que requieren un equilibrio entre humedad y aireación.

Además de su uso en bonsáis, la arlita es común en sistemas hidropónicos, jardinería ornamental y construcción, donde aporta aislamiento térmico y resistencia estructural.

Arena de gato como recurso útil.

La creatividad es un aliado en la búsqueda de soluciones para el cultivo de bonsáis, y un ejemplo de ello es la utilización de arena de gato como sustrato.

Este material, diseñado originalmente como absorbente para las necesidades de las mascotas, ha encontrado un lugar en la jardinería debido a sus propiedades. Entre ellas su alta capacidad de absorción, porque retiene líquidos de manera eficiente, evitando que el sustrato se seque rápidamente. Y el control de olores, que, aunque no es relevante para el cultivo, algunos tipos incluyen aditivos que eliminan olores, lo que puede ser una ventaja en entornos cerrados.

La arena de gato, generalmente compuesta por bentonita o sepiolita, puede emplearse como componente de mezclas o incluso como sustrato único en ciertas condiciones.

Sustratos especializados para bonsáis.

Además de las materias primas básicas, existen sustratos diseñados específicamente para bonsáis, cada uno con características particulares que los hacen ideales para diferentes especies y necesidades:

  • Akadama. Este sustrato japonés, de color rojizo y textura granular, es altamente microporoso, lo que facilita la absorción de agua y nutrientes. Es especialmente valorado por su estabilidad estructural durante aproximadamente cinco años, aunque requiere un abonado constante.
  • Kiryuzuna. Una mezcla de arena japonesa conocida por su excelente drenaje, ideal para el cultivo de coníferas y pinos.
  • Kanuma. Este sustrato volcánico, de baja densidad y naturaleza ácida, es perfecto para bonsáis de azaleas, camelias y gardenias.
  • Pomice. Ligero, gris y con alta capacidad de retención de agua, este sustrato ofrece estabilidad térmica y resistencia a la abrasión, aunque también necesita fertilización regular.
  • Keto. De consistencia pastosa, este sustrato es fundamental para bonsáis que crecen sobre piedras, ya que se adhiere a las grietas, facilitando el crecimiento radicular.

Un enfoque adaptable para cada bonsái.

Elegir el sustrato adecuado es esencial para garantizar el desarrollo saludable de un bonsái, pero no existe una fórmula universal. Cada especie, estilo y en torno de cultivo requiere un enfoque personalizado, que puede lograrse combinando distintas materias primas y sustratos especializados. Ya sea utilizando ladrillo machacado como capa de drenaje, Arlita para aireación, o recurriendo a la tradición japonesa con Akadama o Kanuma, el éxito radica en entender las necesidades específicas de cada árbol y adaptar el sustrato a ellas.

Así, el mundo de los sustratos para bonsáis no solo es un aspecto técnico del cultivo, sino una puerta abierta a la creatividad y a la experimentación para quienes se sumergen en este arte milenario.