El sustrato de lana de roca para hidroponía uno de los primeros tecnológicos y como medio de cultivo de precisión.
La lana de roca se consolidó como uno de los primeros sustratos tecnológicos en la hidroponía, ofreciendo una alternativa prefabricada de origen mineral para el cultivo sin suelo.
Originalmente utilizada en la construcción por sus propiedades aislantes (térmicas y acústicas) e ignífugas, su adaptación a la agricultura requirió el desarrollo de una tecnología específica para optimizar su interacción con la fertirrigación y el desarrollo radicular.
Este material compite en el mercado de cultivos sin suelo con otros sustratos como la fibra de coco, la perlita y la arena, cada uno con sus propias características.
Proceso de fabricación y adaptación de la lana de roca para la agricultura.
El proceso de fabricación de la lana de roca, tanto para uso industrial como agrícola, se basa en la fusión de roca ígnea (diabasa) y caliza a altas temperaturas (alrededor de 1.600 °C), utilizando carbón como combustible.
El material fundido se hace pasar por rotores de alta velocidad que lo transforman en fibras finas, similares a la fibra de vidrio. Estas fibras se comprimen en planchas o tablas que luego se cortan en diferentes dimensiones según su aplicación.
Un dato interesante es que por cada metro cúbico de materia prima se obtienen aproximadamente 90 metros cúbicos de lana de roca.
Para su uso agrícola, durante el proceso de compactación se incorporan aglutinantes y agentes hidrófilos que mejoran la absorción y distribución uniforme del agua, dando como resultado placas con características físico-químicas adecuadas para el cultivo hidropónico. Este tratamiento es crucial para asegurar una correcta gestión del agua y los nutrientes en el sistema de cultivo.
Características físico-químicas de la lana de roca.
La lana de roca, al ser sometida a altas temperaturas durante su fabricación, se convierte en un material inerte, libre de semillas y patógenos.
Su composición y transformación evitan reacciones químicas no deseadas entre la planta, los fertilizantes y el sustrato, manteniendo la estabilidad de las soluciones nutritivas.
Este posee una inercia química y nula capacidad de intercambio catiónico (CIC). Esta característica permite un control preciso del equilibrio nutricional mediante la fertirrigación, ya que el sustrato no retiene ni libera iones que puedan interferir con la disponibilidad de los nutrientes para la planta.
Su estructura compacta y homogénea, facilita el control de parámetros como la conductividad eléctrica (CE), el pH y la humedad de las soluciones nutritivas a lo largo del ciclo de cultivo.
Respecto a la densidad de la lana de roca, varía entre 50 y 70 kg/m³, dependiendo del cultivo, la calidad del agua y el tiempo de uso del sustrato. Una densidad adecuada es crucial para el soporte de la planta y la correcta aireación de las raíces.
La porosidad de la lana de roca es fundamental para la retención de agua y la aireación de la zona radicular. La proporción de macroporos y microporos influye en la disponibilidad de agua y oxígeno para las raíces.
Y la capacidad de retención de agua de la lana de roca es alta, pero el agua se libera fácilmente, lo que evita el encharcamiento y favorece el desarrollo radicular.
Tipos y dimensiones de tablas de lana de roca.
Las dimensiones de las tablas de lana de roca, así como la disposición y orientación de sus fibras, juegan un papel importante en la retención hídrica y el desarrollo del cultivo. La analogía de la esponja ilustra cómo la forma y orientación influyen en la capacidad de retención de agua.
Existen diversas dimensiones comerciales que se adaptan a diferentes necesidades. Las más comunes son placas de 100 cm de longitud, con anchos y alturas de 10×10, 15×10 y 20×10 cm. También se ofrecen bloques o tacos de menor tamaño (ej. 7x7x6 cm) para las fases iniciales en semillero.
Sobre la orientación vertical de las fibras, se ha desarrollado para optimizar el manejo del agua (solución nutritiva), aumentar la rigidez y la vida útil del sustrato, minimizar el drenaje, facilitar la resaturación entre ciclos de cultivo y controlar mejor los niveles de humedad en diferentes condiciones ambientales y etapas de desarrollo de la planta.
Aplicaciones en cultivos hortícolas y de flor cortada.
A diferencia de otros sustratos como la fibra de coco, la lana de roca se utiliza principalmente en cultivos de alto rendimiento bajo invernadero con control climático. Sus principales aplicaciones se encuentran en:
- En hortalizas: Tomate, pimiento, pepino, judía, berenjena, calabacín, melón, sandía y fresa.
- En floricultura: Principalmente flor cortada, como rosa, gerbera y clavel, y en menor medida, verdes de corte.
La fertilización en cultivo con lana de roca.
La inercia química y la nula CIC de la lana de roca exigen un control preciso de la fertilización mediante fertirrigación. El técnico responsable debe definir y programar la composición, el equilibrio y la concentración de los nutrientes.
Este sustrato no tolera errores en la fertilización, pero a cambio ofrece un control total de los parámetros nutricionales durante todo el ciclo del cultivo. El control climático es esencial para optimizar los resultados, por lo que su uso se restringe a invernaderos con tecnología adecuada.
El mercado ofrece una amplia gama de fertilizantes específicos para hidroponía y, por lo tanto, para cultivos en lana de roca. Estos fertilizantes, junto con bioestimulantes agrícolas, permiten optimizar la nutrición en cada fase fenológica de la planta, maximizando el rendimiento.
Como consideraciones adicionales en su uso en cultivo hidropónico, el pH de la solución nutritiva debe monitorearse y ajustarse regularmente para asegurar la correcta absorción de nutrientes; la frecuencia y el volumen de riego deben ajustarse según las necesidades del cultivo y las condiciones ambientales; y saber que un buen drenaje es fundamental para evitar la acumulación de sales y el desarrollo de enfermedades radiculares.