Las macetas biodegradables son una opción para el cultivo de plantas en maceta, sobre todo durante las primeras fases de cultivo, ya sea a nivel de producción profesional como de bricojardinería.

Estas macetas biodegradables pueden estar fabricadas a base de diferentes materiales como materia prima. Pueden ser de turba rubia (musgo sphagnum descompuesto), celulosa, madera triturada o fibras de esta, etc. Teniendo en común que actúan como maceta de cultivo, pero que, en un plazo razonable de tiempo, se van biodegradando para formar parte del sustrato o tierra donde estas plantas con trasplantadas.

El tiempo de biodegradación va en función de la materia prima utilizada, el grosor y el aglomerante que se utiliza para mantener su comportamiento físico. También la humedad y la temperatura, pero en menor medida. En todos los casos, las raíces pueden atravesar sus paredes con facilidad.

Macetas de turba.

A las macetas biodegradables también se les conoce como macetas de turba y en menor medida, macetas de papel.

Están disponibles en el mercado en diferentes medidas y formas, así como nombres comerciales según su fabricante. Pueden o no poseer agujero de drenaje según el material y, por lo tanto, capacidad de traspiración.

Para la realización de esquejes o siembras directas, están disponibles en pequeño formato e incluso unidas entre sí para facilitar su manejo en bloques. Los tamaños mayores están individualizados, utilizando para su manejo las bandejas portamacetas universales.

Ventajas de las macetas biodegradables o de turba.

Las macetas de turba o biodegradables ofrecen varias ventajas para el cultivo profesional. Entre ellas:

  • Por supuesto, que son biodegradables. Estas se descomponen de forma natural en el suelo, liberando nutrientes y mejorando la estructura del suelo. Esto las convierte en una opción sostenible y respetuosa con el medioambiente, especialmente cuando su destino es la jardinería.
  • Son más ligeras que las macetas de plástico de inyección o arcilla, lo que facilita su manejo y transporte. En contra, no se puede mecanizar de igual forma.
  • Su estructura porosa permite una excelente circulación de aire y drenaje del agua, lo que reduce el riesgo de enfermedades fúngicas y pudrición de la raíz.
  • Las materias primas utilizadas retienen bien la humedad, lo que puede ser beneficioso para algunas plantas que requieren un riego frecuente.
  • Favorecen el desarrollo radicular porque las raíces de las plantas pueden crecer fácilmente a través de las paredes de las macetas de turba, lo que promueve un sistema radicular fuerte y saludable.

Aplicaciones de las macetas biodegradables.

Entre las diversas aplicaciones de las macetas biodegradables están las de semilleros y esquejado. Una vez enraizadas o germinadas, no hace falta que el cepellón esté totalmente constituido, pudiéndose plantar directamente a otra maceta o al terreno definitivo. Sus raíces atravesarán las paredes con facilidad.

Se utilizan frecuentemente para el cultivo de plantas jóvenes en sus primeras etapas de desarrollo, antes de trasplantarlas a macetas más grandes o al suelo. Un aspecto muy valorado para su uso en jardinería pública y privada.

Las macetas de turba también son adecuadas para cultivar una variedad de hortalizas, flores y hierbas aromáticas, especialmente en el segmento de la bricojardinería.

Como vemos, las macetas de turba o biodegradables son una opción ecológica y beneficiosa para el cultivo profesional y de la bricojardinería, especialmente para el cultivo de semilleros, plantas jóvenes y cultivos de corta duración. Su biodegradabilidad, ligereza, buena aireación y retención de humedad las convierten en una alternativa a las macetas tradicionales, como un medio más de cultivo.