El acero corten utilizado en la jardinería actual, ofrece a profesionales y aficionados una opción que combina la funcionalidad, la estética y una longevidad en el jardín.
En el diseño de espacios exteriores y en la fabricación de elementos para jardinería, la elección de los materiales es uno de los factores que definen, no solo la estética del producto final, sino también su durabilidad y su relación con el entorno.
Entre la amplia gama de opciones disponibles, el acero corten, se está presentando con fuerza en los últimos años, consolidándose como una solución de gran valor añadido tanto para profesionales del paisajismo como para aficionados a la bricojardinería. Su característico aspecto oxidado, lejos de ser un signo de deterioro, es precisamente su mayor virtud y el secreto de su resistencia.
¿Qué es el acero corten?
El acero corten, cuyo nombre técnico es acero autopatinable o auto-protector, es una aleación de acero que incluye en su composición química pequeñas cantidades de cobre, cromo, níquel y fósforo.
Esta combinación de metales le confiere una propiedad excepcional: cuando se expone a las condiciones atmosféricas, desarrolla en su superficie una capa de óxido de color rojizo-anaranjado muy particular.
A diferencia del óxido que se forma en el acero común (que es poroso, inestable y acelera la corrosión), la pátina del acero corten es impermeable, densa y muy adherente. Esta capa protectora se estabiliza con el tiempo, aislando el metal interior de los agentes externos como el agua y el oxígeno y deteniendo de forma casi total el proceso de corrosión. De esta manera, el material se protege a sí mismo sin necesidad de aplicar tratamientos adicionales como la pintura o el galvanizado.
El origen y breve historia del uso del acero corten.
El desarrollo del acero corten se remonta a la década de 1930 en Estados Unidos. Fue patentado por la United States Steel Corporation bajo la marca comercial COR-TEN®, un nombre que deriva de sus dos propiedades principales en inglés: CORrosion resistance (resistencia a la corrosión) y TENsile strength (resistencia a la tracción).
Inicialmente, su aplicación se centró en el sector industrial, especialmente en la fabricación de vagones de ferrocarril para el transporte de minerales. Su increíble resistencia y bajo mantenimiento lo hacían ideal para soportar condiciones extremas.
Con el tiempo, arquitectos y artistas descubrieron su potencial estético y su capacidad para integrarse en el paisaje, por lo que empezó a utilizarse en la construcción de edificios, puentes y esculturas al aire libre, donde su pátina evolutiva, que cambia de tonalidad con el paso de los años y las condiciones climáticas, aportaba un valor visual único.
El uso del acero corten en jardinería.
La transición del acero corten al mundo de la jardinería y el paisajismo fue un paso natural. Su robustez y su estética, que evoca materiales orgánicos y tonos terrosos, lo convierten en un aliado perfecto para complementar la vegetación y estructurar los espacios verdes.
En la elaboración de macetas, el acero corten ofrece una durabilidad excepcional. Los contenedores fabricados con este material resisten sin problemas la intemperie, la humedad constante del sustrato y los ciclos de frío y calor, garantizando una vida útil muy superior a la de otros metales. Su color cálido crea un contraste visual muy atractivo con el verde de las hojas y los colores vibrantes de las flores, realzando la belleza de las plantas.
De igual manera, su uso en la fabricación de jardineras de mayor formato y elementos delimitadores de espacios es cada vez más frecuente. Para los responsables de empresas de jardinería y paisajismo, las jardineras de corten son una solución eficaz para proyectos tanto públicos como privados, ya que permiten crear parterres, huertos urbanos o barreras vegetales con un mantenimiento prácticamente nulo.
Consejos útiles sobre el acero corten en jardinería.
Para los responsables de puntos de venta, como los centros de jardinería, es importante destacar a los clientes que el proceso de oxidación es dinámico.
Al adquirir una pieza nueva, esta suele presentar un color grisáceo industrial. Es el contacto con la lluvia y la humedad ambiental lo que inicia la formación de la pátina, un proceso que puede durar entre 12 y 18 meses hasta que el color se estabiliza.
Otro aspecto a tener en cuenta, y que se debe advertir al cliente final, es que durante esta fase inicial el material puede desprender pequeñas partículas de óxido que podrían manchar superficies porosas como el hormigón o la piedra clara. Para evitarlo, se recomienda realizar el proceso de oxidación sobre una superficie protegida o en una zona de grava antes de su ubicación definitiva.
En todo este contexto, el acero corten viene ganando un lugar preferente en la jardinería moderna, ofreciendo a profesionales y aficionados una opción que combina de forma muy interesante la funcionalidad, la estética contemporánea y una longevidad que dialoga con el propio ciclo de vida del jardín.